A 30 años de Malvinas, volvieron a sonar los caños Sofma 155

Constituyó un hecho histórico para el Ejército Argentino, ya que nunca antes artilleros veteranos de guerra realizaron disparos de práctica con munición de combate - Todos los detalles de una jornada inolvidable
(Publicado en el diario "El Nuevo Rojense", de la ciudad de Rojas)


(De El Tribuno, de Ascensión).- Tal cual estaba previsto el día sábado 22 de setiembre, se llevó a cabo el gran encuentro de Veteranos de Guerra del Grupo de Artillería 101, hoy GA 10, para compartir una jornada inolvidable que significó volver a tirar con los cañones Sofma 155 mms., que fueron grandes protagonistas de la Guerra de Malvinas en 1982.

Omar Liborio, quien fue jefe de una pieza de artillería, tuvo un rol fundamental en esta iniciativa y propició entre esperado reencuentro, que se realizó en un campo cercano a la localidad de Saforcada, donde los heroicos artilleros volvieron a operar un cañón y ejecutaron varios disparos.

En dialogo con este medio, Omar Liborio comentó todas las instancias de la importantes jornada, expresándose en estos términos: “En las instalaciones del cuartel nos reunimos a las 8.30, luego nos vestimos de combate y nos trasladamos al campo de tiro, que estaba ubicado en la Estancia Don Alejandro. Allí nos esperaban los cañones Sofma, listos para ser operados. Comenzamos con los preparativos y para nosotros encontrarnos con esta imagen fue impresionante porque era revivir lo acontecido 30 años atrás en Malvinas, y más porque sabíamos que íbamos a tirar con munición de guerra, y que todo tenía que ser milimétricamente controlado, porque si bien era un encuentro amistos, íbamos a operar un arma muy poderosa y un error podía terminar en una tragedia”.

En lo que respecta al cañón que le tocó encabezar como jefe de pieza, al igual que en Malvinas, comentó que “del personal que la integraba sólo faltó un ex soldado, ya que estaba operado, pero el resto concurrió todo; a la otra pieza le faltaron tres soldados, ya que dos no vinieron y uno ya no está entre nosotros, lamentablemente”.
Consultado sobre sus sensaciones en este crucial momento, comentó que “en lo personal sentí y pude ver el entusiasmo, puesto de manifiesto y el respeto para cumplir las órdenes recibidas de parte de ex soldados que hace 30 años que están apartados de la vida militar».
«En mi pieza de artillería me llamó poderosamente la atención que hombres de 50 años, como mínimo, casi no necesitaron apoyo de los más jóvenes para poder operar el material, teniendo en cuenta la edad y que cada proyectil pesa 44 kilos, y sobre todo, cómo recordaban los movimientos que cada uno tenía asignado en su rol de combate en Malvinas”, completó.
Y agregó: “Al momento de poner la pieza lista para tirar, fuimos los primeros e hicimos fuego... Ahí creo que a más de uno nos cayó la ficha, y el recuerdo fue emocionante, aunque hay que tener en cuenta que se hizo lo que se llama tiro de escuela: tiramos a seis kilómetros, cosa que lleva una carga de propulsión (pólvora) muy baja, apena carga tres, y el estampido es débil, pero en Malvinas tirábamos entre 18 y 20 kilómetros. Eso significa una carga de siete y nueve respectivamente. Se siente que los órganos parecen moverse”.

Omar Liborio resaltó que “esta actividad se desarrolló de esta manera, teniendo en cuenta dos cosas: que tanto el material como los operarios del mismo tienen edades no aptas para desarrollar la actividad; un hombre a los 50 años ya no combate más. Y los cañones son modelo 1977 o sea que cuentan con una antigüedad de 35 años, y si bien se encuentran en buenas condiciones de mantenimiento, no es recomendable ponerlos a su máxima capacidad, ya que los mismos pueden llegar a explotar y no era necesario transformar una fiesta en una tragedia”.
«Todos hemos vivido la máxima tensión, ya que esto fue algo inédito en el Ejercito Argentino, porque logramos lo que nadie pudo hacer. Después de pasar 30 años volvimos a revivir la guerra de Malvinas en presencia de las familias, ya cuando estamos en la ‘juventud de la vejez’, porque todos ostentamos entre 50 y 52 años”, mencionó el veterano de guerra.

Presentación del libro

Tras realizar los disparos de artillería, tuvo lugar un acto oficial en el mismo terreno cerca de los cañones, donde hizo uso de la palabra el Jefe del Grupo de Artillería 10 de Junín, Tte. Cnel. Sergio Maldonado, quien a continuación recibió expresiones de agradecimiento de parte del veterano de guerra Luis Dafunchio.
A continuación se realizó la ceremonia de despedida de la vida activa a situación de retiro del ex subteniente Gustavo Pérez, quien también estuvo en Malvinas, y actualmente se desempeñaba como Teniente Coronel, recibiendo un merecido reconocimiento junto a sus compañeros de trincheras.
A continuación se presento el libro Así combatimos, y se entrego un ejemplar a cada veterano de guerra. Omar Liborio resaltó que “este libro es un material histórico, con relatos de lo vivido en Malvinas por los artilleros de Junín, y que no saldrá a la venta, porque además figura como autor el Grupo de Artillería 10 de Junín, ya que ningún veterano es autor para que nadie lucre con el mismo”.
Asimismo, aclaró que “esto no quiere decir que no se pueda conseguir el libro, ya que se puede encargar a cada veterano de guerra y previo pago mandaremos hacer los libros. Cada persona que compre un libro sólo pagará el precio de costo de la editorial, es decir que nadie lucra con esto. Según nos informaron por cada ejemplar estaríamos hablando de 50 pesos, pero depende de la cantidad, ya que mientras más libros se hagan se puede abaratar costos».

Luego de la entrega de los libros, los ex combatientes y los soldados y de la unidad compartieron un almuerzo en el terreno para luego regresar al cuartel y entregar los equipos utilizados.


Momento inolvidable

Omar Liborio valoró positivamente el reencuentro con sus camaradas y el inolvidable momento de volver a operar un cañón como en Malvinas.

Y resaltó que “todo se desarrolló con total normalidad, cansados pero con un gusto muy especial, los artilleros de de Junín que operamos los cañones Sofma en Malvinas, pudimos hacerlo nuevamente después de 30 años, causando una alegría con cierta mezcla de tristeza, porque los veteranos de Malvinas llevamos una mochila en nuestras espalda que cada día es más pesada, porque poniendo todo a disposición de la Patria, tal vez lo más preciado que una persona tiene, que es su vida, no alcanzó y nos vinimos con una derrota que hasta hoy duele y dolerá siempre hasta el último suspiro de nuestras vidas”.

“Fuimos traicionados en aquella oportunidad, por propios y ajenos, y luchamos con un enemigo que tuvo que salir a pedir auxilio al mundo, a los poderosos porque vieron que perdían la guerra, y nosotros con todo el valor que una persona puede tener. Nada es tan temible como una guerra, más cuando no se cuenta con los medios para llevarla a cabo”, remarcó Liborio.
Y agregó: “Por ese motivo, les digo a los jóvenes y a los gobiernos, que la guerra es lo más miserable que puede pasarle a ser un ser humano. Nada ni nadie es más temible, nunca hay mejor guerra que un buen diálogo o es preferible un mal arreglo que una buena guerra”.

Los heroicos artilleros

A continuación se detallan los excombatientes que participaron del inolvidable encuentro realizado este sábado en Junín: Tte 1ro: Luis Alberto Dafunchio. Subteniente Gustavo Federico Pérez. Cabo 1ro: Omar Alberto Liborio. Cabo: Juan Manuel Figueroa. Soldados Clase 62: Carlos Adrián Polo, Daniel Aguilera, Julio Cesar Báez, Miguel Ángel Benítez, Sergio Brangeri, Gabriel Cepeda, Walter Gómez, Darío López, Héctor López, Juan Lucero, Oscar Marano, Miguel Potes, Aroldo Saralegui, Rafael Velozo, Raúl Wuldrich, Sergio Fanín, Alberto Hidalgo. Fallecido después del conflicto Carlos Tempio. No asistieron: Sergio Ferrer, Luján Sandoval y Aníbal Hernández (este último se repone de una intervención quirúrgica).

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