Obligan a las empresas a incorporar a la cadena de reciclado los residuos electrónicos

La diputada por la UCR Valeria Arata presentó en junio del corriente en la Legislatura Bonaerense un proyecto de ley el cual determina que las personas físicas o jurídicas; productoras, importadoras y/o distribuidoras de televisores, monitores, osciloscopios y/o cualquier otro artefacto eléctrico o electrónico que contenga TRC (tubos de rayo catódicos), tengan la obligación de realizar la recolección de éstos residuos desde centros de depósito transitorios, para su posterior transporte y colocación dentro de la cadena de reciclado de RAEEs (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos).
En la Argentina se generan 120.000 toneladas de basura electrónica por año, pero de acuerdo con Greenpeace, tan sólo 9 o 10% recibe un tratamiento para recuperar y aprovechar todas las partes que tienen estos artefactos. Un televisor puede contaminar 80.000 litros de agua por su contenido de metales en las plaquetas, plomo en vidrio y fósforo en la pantalla.
“Prácticamente no hay empresas que estén dispuestas a hacerse cargo de los altos costos del tratamiento que requiere el reciclado de los TRC. Aunque así fuera, el espíritu del reciclado quedaría trunco al no haber una ley que organice la cadena del ciclo de reciclado de estos elementos, y son las empresas que lucran con estos productos en el mercado, productores o importadores, quienes deben hacerse cargo de dichos costos. Y es el Estado el que a través de su apoyo e incentivo de la actividad de reciclado, debe colaborar en la información a los ciudadanos para que sepan donde depositar sus RAEEs”, planteó Arata.
La ONG Greenpeace, se encuentra desde hace varias semanas realizando protestas por las trabas que presenta el proyecto presentado y con media sanción de Senadores, que perderá estado parlamentario si no es aprobado a la brevedad en Diputados. En el mismo sentido, el proyecto que he presentado, busca que los fabricantes de dichos productos electrónicos, se hagan responsables de la gestión de los residuos para darles el tratamiento adecuado y que sean las mismas empresas las que asuman la responsabilidad y los costos de la contaminación.
“Los gobernantes no pueden poner trabas a la iniciativa de los legisladores por el solo hecho de no perjudicar a los productores de la electrónica. Esto también debería llevar a la toma de conciencia para mejorar los diseños de los dispositivos, ya que al tener que hacerse responsable de los desechos, los empresarios se deberían esforzarse por crear productos más amigables con el medio ambiente”, concluyó Valeria Arata.