Andrea García y la ley de prevención y sanción de trata de personas: "La dirigencia polìtica, la justicia y la sociedad toda debemos comprometernos"
Para la legisladora bonaerense esa autoridad moral “la tenemos desde que los Derechos Humanos comenzaron a respetarse de verdad con el juicio y el castigo a los genocidas de la dictadura; porque impulsamos leyes y actos de gobierno que fueron cerrando cada vez más la brecha de desigualdad que sufría nuestro pueblo, en desmedro de millones de compatriotas”.
En sus argumentos, la diputada kirchnerista sostuvo que “los derechos no los dan el género, la edad, la raza, sino la constitución del sujeto y ese sujeto en vinculación a las normas, pero también a los valores de esa sociedad que los constituye. Por eso los dirigentes políticos, la justicia, la sociedad toda, debemos comprometernos”.
Antecedentes
“En la Argentina desde el 2008 y por iniciativa del FPV existe una Ley de Prevención y Sanción de la Trata de personas y Asistencia a sus víctimas que amplía sus derechos y que tipifica el delito en el Código Penal. Que sanciona la Trata en todas las formas modernas de esclavitud, de explotación sexual y laboral”, recordó Andrea.
Sin embargo, admitió que “es perfectible” por lo que hoy se aprobaron modificaciones “eliminando la posibilidad de que el consentimiento exculpe al victimario, porque el consentimiento no es necesariamente un acto voluntario, puede estar viciado por error, dolo, violencia o intimidación y no podemos analizarlo disociado del concepto de libertad”.
Para la Diputada “desandar el ‘consentimiento’ es romper con las teorías falsas que fragmentan la libertad.
Más argumentos
En su discurso, la diputada García recordó que existen desde el Ejecutivo Nacional y los ejecutivos provinciales políticas públicas que han permitido el rescate de 3.870 víctimas en contraposición a las escasas sentencias condenatorias por parte de la justicia lo que nos permite asegurar que la indiferencia, la insensibilidad, la ausencia de compromiso y la deuda con las víctimas y sus familiares es claramente de la justicia y no del poder político o del poder legislativo.
Y aunque la política aún habiendo atravesado el proceso de transformación que le devolvió el sentido esencial y la acerco a sus representados, con su rasgo culposo sienta que es mucho mas lo que debe hacer, es imperioso que la justicia se quite la venda de los ojos, que el equilibrio que pretende mantener deje de ser a expensas de los excluidos y de una vez por todas deje de amparar y ampararse en prácticas y discursos que son la máxima expresión de la naturalización de la dominación patriarcal y la colonialidad del poder.
Colonialidad que caracteriza un patrón de dominación global . Su rasgo más potente ha sido el modo de imponer una perspectiva cognitiva producida a lo largo del tiempo que bloquea y encubre la perspectiva histórica y cultural autónoma de nuestros pueblos.
Esta matriz colonial del poder es la que impone la idea de que las diferentes culturas no son producto de la historia ni de las relaciones entre los hombres y el Universo, sino por el contrario están asociadas a desigualdades biológicas.
Configura una matriz de ideas, de imágenes, de valores, de actitudes y de prácticas sociales aun cuando las relaciones políticas coloniales han cesado, que tiene en su génesis la raza, como nueva categoría mental que reemplaza a la clasificación social por género y la hegemonía del Capital, que define las relaciones sociales materiales y establece la explotación como única forma de estructura de producción.
Y esta perspectiva cognitiva subyace en cientos de discursos vertidos por la oposición mediática legislativa y judicial.
¿Cual es el compromiso de la Justicia con la sociedad?¿Hasta cuando va a estar disociada de los reclamos sociales y especialmente de los Derechos Humanos?.
La Justicia es ágil, veloz y eficiente a la hora de discutir una medida que impacta sobre el sector económico y es establecida por un gobierno (corralito, Ley de Medios, amparos) y tarda 30 años en resolver juicios de lesa humanidad.
Para esta justicia es más importante el procedimiento que la verdad y el tiempo que se toma a la hora de actuar nada tiene que ver con la angustia de 30 años de espera en los juicios a los genocidas o 10 años en casos de trata.
