Opinión: El día después
Escriben: José María Banfi, Cecilia Avila, concejales, Coalición Cívica Junín
En el año 1983, coincidiendo con el reinicio de la democracia en la Argentina, se estrenaba una película norteamericana llamada The After Day (El Día Después) protagonizada por Jason Robards, entre otros actores. En plena época de la Guerra Fría con frecuentes recalentamientos en la relación entre las dos superpotencias y los aliados a cada una de ellas, el film intentaba dar cuenta de la gravedad de la situación ante la inminencia de una guerra nuclear y el desamparo de la sociedad civil ante la catástrofe. Luego de una serie de situaciones de máxima tensión, los misiles finalmente se disparan e impactan de uno y otro lado. Resultado: primero confusión y luego muerte, destrucción, desolación. El Día Después era la denuncia de lo que quedaba después de la guerra nuclear: NADA.
Salvando las enormes distancias de objetivos, misiones, visiones, etc. en la Argentina se ha instalado (o por lo menos se pretendió instalar) una fecha límite a partir de la cual muchas cosas cambiarán (o no tanto?): el 7D. ¿y qué pasará después del 7D? ¿se terminará el hambre en la Argentina? ¿comenzará a aplicarse un plan para terminar con la enorme cantidad de muertos por accidentes de tránsito? ¿se pondrá fin a la deserción escolar y a la violencia en las escuelas? ¿se acabará finalmente con la inseguridad? ¿se podrá terminar con los planes asistenciales porque las familias consiguen empleos dignos? Nada de todo eso, en el mejor de los casos (o en el peor según desde donde se mire) un grupo mediático deberá dividirse de acuerdo a lo establecido por la llamada Ley de Medios. Eso siempre y cuando el gobierno acate las decisiones de la justicia y no pretenda creerse por encima de la ley y la constitución. ¿Tan importante es el7D?
¿Y si ponemos las mismas energías, los mismos recursos económicos, la misma militancia y la misma obsesión para resolver otros problemas que aquejan a millones de argentinos? Por ejemplo: pongamos el 4E (enero) para lanzar el Plan Hambre Cero, el 6F (febrero) para el Plan Desempleo Cero, el 7M (marzo) para el Plan Cero Muertos por Accidentes de Tránsito, el 8A (abril) para el Plan Deserción Escolar Cero, el 9M (mayo) para el Plan Inseguridad Cero, el 10J (junio) para el Plan Cero Violencia de Género, etc. etc. etc.
Seguramente, de poner en práctica todos estos planes, no habría demasiado tiempo que perder en otras cuestiones y, además, la justicia podría ocuparse de tantas otras cuestiones que esperan justicia.
Ahí nos encontraríamos todos (o casi todos) empujando para adelante tratando de resolver los verdaderos problemas que esperan solución desde hace años. ¿O será que no todos tenemos las mismas prioridades?
